Una historia de amor "casi" perfecta


Una amiga un día me dijo que escribiera lo que quería decir, que me salía bastante bien.
Bien, pues aquí voy con mi pequeñita carta para vos…

Una tarde en la que la tristeza no me dejaba trabajar ni estudiar por que no encontraba un amor en mi vida y tampoco sabía bien qué clase de hombre quería le pedí al hada del amor dos deseos. El primero que me iluminara para poder darme cuenta cuáles nobles y no tan nobles características debía reunir este príncipe azul –mejor celeste para que no destiña tanto- que en algún momento llegaría a mi vida. El segundo que me lo pusiera rapidito en el camino… por que ya ves, esto de pedir deseos genera ciertas ansiedades por verlos hechos realidad.

Habiendo realizado mis anhelados pedidos continué con mi rutina, con los avatares de la cotidianeidad, los aturdimientos de alcohol y risas de las noches urbanas, con los por menores familiares, las necesidades intelectuales y todas esas mil cosas que hago por día, que al fin de cuentas había olvidado ya los dos deseos solicitados.

Fue entonces cuando me enamoré perdidamente de un ser especial –artista el caballero- seductor hasta la última instancia, sereno. Pero a pesar de las nobles cualidades que menciono, no verificaba los requisitos del deseo realizado… no… ¡y habiendo olvidado que mi hada me acompañó en el pedido! Zas! Ya ves, comencé con esa relación de la que tanto me ha costado despegarme…

Tanto lloré por su amor desenamorado y egoísta que una día decidí terminar, entonces, una noche de mayo, decidimos con mi amiga querida que debía dejar de llorar, ponerme linda como pocas veces, estrenar esa polerita que tenía guardada y salir de nuevo a brillar en la noche…y así fue…

Nos fuimos al bar en donde ella ha forjado mil historias, ha esperado con un whisky a su cantante favorito, ha engañado a su novio y se ha divertido hasta el amanecer entre copas y con amigas como yo.

Yo no sabía si bailar o emborracharme sola en la mesa, hasta que decidí hacer lo primero con la copa en la mano y nooo!!! Cuando quise darme cuenta tenía a un caballero con acento extranjero preguntándome entre el ruido del bar sobre mi vida, mi nombre…esa noche él me dio una servilleta doblada que tenía su mail y su nombre, y que yo por pudor o vergüenza guardé en el bolsillo de mi jeans…

¿Cómo continúa la historia? Como nunca me lo hubiera imaginado. Nos encontrábamos en el Chat y hablábamos de muchas cosas… hasta que zas!! De nuevo mi hada hizo lo suyo… del Chat pasamos a dejarnos mensajes instantáneos y de ahí a enviarnos canciones, y de ahí a llamarnos y de ahí … a encontrarnos en el aeropuerto una mañana de octubre.

Y desde que lo conocí hasta que volví a verlo descubrí (aunque me hice la distraída muchas veces) que ese chico con acento castizo es el príncipe celeste del oráculo de aquella tarde sombría y desolada de amores…

Si, querido, guapo, caballero andaluz… sos vos. Y ya ves, a veces te das el gustito de preguntarme si estoy enamorada de vos. ¿A vos que te parece?

Y si, sos vos y creo que te volvería a elegir una y mil veces, para poder conocerte como realmente deseo, con tus celestes, grises y todo lo que me gusta y no me gustaría de vos…

… Ya sé, y lo imagino, estás estático, sin poder creer lo que te estoy escribiendo… pero es así, no puedo evitarlo… y aunque me duele saber que no podemos estar juntos por que vos ya habías elegido en tu pueblo un amor…

Pero ya ves, a pesar de todo, yo estoy aquí escribiendo para v os, sonriendo y pensando que siempre vas a ser un amor imposible…

Aquí son las 7 de la tarde… ¿allí las 11 de la noche verdad? ¿Ya preparaste la pizza que me contaste ibas a cocinar?... esta noche brindaré por aquella noche juntos…

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