Insomnio



      Son las cinco
        y en mi almohada no hay rumores
la sombra del destino me pone aquí
        donde debo estar
Vos en tu casa
        yo en la mía
los dos en el destierro
       del loco desamor que no acaba
Son las cinco
       mis sábanas me dicen que no estás
la sombra de tus ojos no me miran
      estás ahí
donde debés estar...

1 comentario:

Mario García Stipancich dijo...

«los dos en el destierro / del loco desamor que no acaba» y eso sabe a distancia de desierto, que no se mide en kilómetros sino en aspereza, y ese desierto parece solaparse con las sábanas que «dicen que no estás». Me encanta eso de «donde debo estar» y «donde debés estar» como un destino ineludible, fatal, como la certeza de que lo único que se tiene es hacerse los rulos y fantasear, fantasear, fantasear...
Calisto.-